Appui à la scolarisation des enfants en Haïti

Comer. Aprender. Crecer juntos.
La escuela Beraca
El Colegio BERACA fue fundado en 1963 por el Reverendo Nozor Augustin, un hombre cuya misión declarada era ayudar a las personas, especialmente a los más desfavorecidos, para tener una buena educación.

Una historia al servicio de los niños y la educación en Haití
La escuela comenzó con 78 niños, desde la guardería hasta el CEP (Certificado de Estudios Primarios). En ese momento, la escuela estaba dirigida por el Sr. Nozor Augustin, su esposa y otros miembros de la familia. La escuela funcionaba entonces con recursos económicos limitados y una contribución de treinta gourdes (menos de de 0,50 euros) por niño para el año académico.
En febrero de 1986 el establecimiento fue saqueado. El anciano director deja la dirección de la escuela a su hijo mayor. Fue un éxito: 2 años después (octubre de 1988), gracias a la dedicación del joven, la escuela de Beraca acoge a 800 niños!
En aquella época, la escuela podía ofrecer a cada niño una comida caliente, un uniforme, material escolar (libros, cuadernos, lápices, bolígrafos). Contaba con el apoyo de la ONG francesa "Parole et Action". Desafortunadamente, 3 años después, esta organización abandona la región para apoyar a las escuelas del norte del país. Las dificultades vuelven a surgir.
En junio de 2008, la Sra. Marie Kendy Augustin y Joson Augustin, hijos del fundador, asumieron la dirección de la escuela. La escuela contaba entonces 300 alumnos. Cuatro antiguos alumnos de la escuela se unieron al equipo directivo. Basándose en su experiencia, establecieron un programa de apoyo para proporcionar a los niños los libros que necesitaban. Con el apoyo financiero del fundador de la escuela, crearon un laboratorio de informática en la escuela.

BERACA es una palabra que viene de la Biblia y significa "El Valle de la Bendición".
El desastre del 2010 y el renacimiento de la escuela Beraca
El 12 de enero de 2010, el devastador terremoto en Haití causó la destrucción total de la escuela.
En octubre de 2010, sin rendirse ante el desastre, Marie Kendy y Joson reunieron a 78 niños y niñas en la iglesia adyacente, y volvieron a empezar los cursos académicos, sin ningún tipo de apoyo estatal.
2012 será "un año de gracia". Con la ayuda del Plan Haití (solidaridad internacional), el equipo dierctivo puede reconstruir parte de la escuela. Ese mismo año, a raíz del encuentro con Claudio Guthmann y Elvira Cerda, se estableció una asociación de solidaridad que garantizará la actividad del comedor, sirviendo una comida caliente diaria a los niños de la escuela.
Gracias al apoyo de la red de solidaridad que se convertirá en la organización sin ánimo de lucro Ti-Sourire, la escuela ha pasado de 78 a más de 300 alumnos hoy.

Las escuelas en Haití: un sistema escolar maltrecho
Según el informe de UNICEF de 2016, más de 350.000 niños y niñas haitianos de entre 6 y 11 años no acuden a la escuela, y si tienen la suerte de ir, muchos lo hacen sin haber comido.
Haití es uno de los países más pobres del mundo: el 78% de la población vive por debajo del umbral de pobreza absoluta y el 40% de la población sufre inseguridad alimentaria. El Estado está en gran medida ausente del sistema escolar, que es abrumadoramente privado, gestionado y financiado lo mejor que se puede por organizaciones no estatales y humanitarias, a menudo ONGs o instituciones religiosas. Las escuelas son a veces el resultado de iniciativas individuales, con motivaciones muy variadas (filantrópicas y humanitarias, puramente comerciales, etc.).
En la educación privada, los niños pagan por su escolarización; incluso si la mayoría de las escuelas están subvencionadas por donaciones externas, el costo de la educación sigue siendo muy alto en relación con los ingresos familiares medios (en promedio, el 40% de los ingresos ganados se destinan a la educación.).

Algunos establecimientos son muy caros, reservados a los hijos de las élites locales y/o a los hijos de miembros de la comunidad internacional presentes en el lugar. Pero la mayoría de las escuelas son muy pobres, tan pobres como sus alumnos.
